El juego online, concretamente el póker y las apuestas deportivas, se ha convertido desde hace unos años en uno de los sectores más pujantes en internet. Dejando de lado los casos en que nos encontramos con personas que juegan por puro ocio, o por el simple hecho de dar un extra de motivación a eventos deportivos, se ha desarrollado especialmente en el mundo del póker una nueva realidad de jugador: El jugador profesional.
Los jugadores profesionales son aquellos que practican el juego online y obtienen la mayor parte de sus ingresos por dicha vía. Este tipo de jugadores comenzaron a proliferar con la generalización de los casinos online y la generalización de las conexiones de banda ancha a internet. La realidad fue un boom de jugadores que vivían de un negocio que empezaba a generar unas cantidades extraordinarias de dinero, algo que, por supuesto, no pasó desapercibido para el Estado.
Ante una situación en que la regulación legal era obsoleta para el momento y en donde la cantidad de negocio generado era muy elevada, se decidió legislar sobre la materia del juego, entrando en el año 2011 la Ley de regulación del juego. Dicha Ley, muy orientada a la regulación de los agentes que explotan el juego, sigue dejando bastantes lagunas jurídicas, y ha dejado pasar la oportunidad de ofrecer un marco jurídico de seguridad para las personas que profesionalmente se dedican al póker online.
El resultado sin embargo fue, por un lado, la proliferación de licencias y de casas de apuestas autorizadas en base a la nueva normativa nacional, y por otro, el éxodo de muchos jugadores de póker a países como Reino Unido, con el fin de evitar una legislación ambigua y cuya aplicación final era de un resultado incierto para profesionales en la materia. La poca consideración que se ha tenido hacia este sector de jugadores deja claro que los poderes del Estado siguen todavía estancados en una visión antigua, frente a una visión moderna de una profesión basada en el estudio y la estadística.
Actualmente, las dificultades sobre tributación, relacionado con el país donde deben pagarse los impuestos, la calificación de ganancias y pérdidas, o los problemas con los certificados que se emiten por parte de las casas de apuestas, son los principales obstáculos para el desarrollo de la actividad profesional. El volumen de negocio generado y la inseguridad legal hacen del juego online y especialmente del póker, una profesión en la que la contratación de servicios jurídicos es una opción altamente recomendable.