Ahora que estamos en las puertas de la Semana Santa, que se celebra en ciudades como Sevilla de forma multitudinaria, es un buen momento para hacer un breve comentario sobre los riesgos que, en ese periodo en el que la vida cotidiana cambia de forma radical, pueden darse y que necesitan de una buena respuesta jurídica.
Ya se ha hablado en este blog de la responsabilidad en la que pueden incurrir las administraciones públicas en el funcionamiento de sus servicios y los particulares en su ámbito de control. Imaginemos una ciudad en las celebraciones de estos días, donde se instalan sillas en las calles (las oficiales y las famosas “sillitas” donde el público se sienta horas y horas, y que a menudo son un problema para los peatones), vallas, se cambia el mobiliario urbano, cae en el suelo la cera de las procesiones, se corta y desvía el tráfico, la lluvia y el sol según las horas causan estragos, y así un largo etcétera que nunca podríamos terminar de describir.
Por no hablar de los riesgos inherentes a las mismas procesiones, donde a menudo ha habido problemas que se intentan solventar con delicadez: nazarenos a los que les entran desmayos, costaleros que por el esfuerzo pueden tener problemas serios, etc. A menudo las causas son fortuitos, pero la imprudencia de los responsables de cada situación puede no estar ausente.
Como se ve, la famosa teoría del riesgo tiene en este tipo de celebraciones una manifestación concreta y certera. Como siempre en estos casos, la precaución se impone, pero también la búsqueda de responsables: en un accidente en Semana Santa, habrá que ver si la culpa viene del Ayuntamiento, dominador de la vía pública en casi toda la ciudad, o de entidades que tienen delegado el uso de parte de ella, como puede ser el consejo de cofradías y algunas hermandades en el caso de Sevilla. El obstáculo en la vía pública, que en circunstancias normales puede no generar culpa del Ayuntamiento, en estas fechas de aglomeraciones y bullas es más inaceptable que esté presente. Las propias hermandades, en el caso de los costaleros, contratan pólizas de seguro para cubrirse del riesgo cierto de enfermedad, invalidez e incluso de fallecimiento.
No obstante, a pesar del riesgo, menor pero presente, desde este blog de Muela Morillo Abogados, les deseamos una buena Semana Santa libre de todo tipo de incidencias, incluidas las de la meteorología.